Sinopsis
En una habitación vacía y sin ventanas, anegado su cuerpo todo bajo la gélida escarcha, abrió mi hombre sus ojos grises y fríos.
¿Quién era? ¿Cómo había llegado hasta ahí?
Proponíase el caballero sin nombre resolver los tales enigmas cuando ante él se irguió, tan imponente como hermosa, tan nívea como impura, una Nada semejante al papel en blanco del artista; de ese espíritu insatisfecho que se ve incapaz de esbozar los primeros trazos de su obra.
¿Acaso se había quedado ciego? ¿Acaso había perdido la cordura?
Un repentino pinchazo en el cuello y el feroz, doloroso aullido de unas pupilas glaucas pronto le harían mudar de pensamiento.
No estaba loco, no… Y su visión se encontraba mejor que nunca, pues que más que nunca tenía claros sus objetivos: hallar la identidad del dueño de esa esperanza embravecida, al arquitecto de su prisión; averiguar la gracia que le concedieron sus padres.
¿O acaso había nacido mi hombre de la misma Nada en que despertó?
Quería dejar de ser al fin un misterioso caballero sin nombre; escapar del albo y perfecto abismo en donde lo habían encerrado; reencontrarse con sus recuerdos, con su pasado perdido, con venerables reinas de los bosques y tal vez con algún que otro adonis enmascarado, hasta dar con la voz desconocida que seguro lo incitará a seguir en su próxima aventura.